Aachen de Abril

Abril fue un mes tranquilo, en el que no hice demasiadas cosas fuera de Aachen. Tal vez no se presentó ninguna opotunidad. Volví un par de veces a Düsseldorf y seguí mejorando mi técnica de patinaje sobre hielo. También conocí a otros habitantes de la ciudad, aunque sólo fuera en INCAS, la asociación donde estaba Dor para ayudar a los estudiantes extranjeros. Uno de ellos siempre llamaba la atención. Si los alemanes son más altos en general que los españoles, había un alemán que aún detacaba más. Más de 2 metros y 10 centímetros. Hablar con él era peligroso para el cuello...

Y fue entonces cuando decidí que me quería quedar más tiempo. Si mi contrato en la residencia acababa en julio, lo prolongué un mes más. (Como tenía clases en septiembre en Madrid ya no pude ir más allá). Para ello me di paseos por mi residencia preguntando a los encargados de la distribucíón de habitaciones. Luego me pasé por la AAA (Oficina de Asuntos Exteriores de la RWTH)... No tuve problemas, pues mi habitación aún no se la habían dado a ningún futuro erasmus...

La Semana Santa vino. Mucha gente se fue a su país, pero yo me quedé. Unos españoles pensamos en irnos a Ámsterdam. Pero lo decidimos cinco días antes. Y claro, no funcionó. Ningún lugar asequible para dormir, apenas había transporte... Aachen en Semana Santa nos esperaba.

Había oído que los domingos había misas cantadas en la catedral. Yo no tengo ninguna religión, pero me decidí en esa semana santa. Pero elegí mal día, porque apenas cantaron nada.

INCAS organizó para los no-alemanes el lunes de Pascua un concurso. Se trataba de pintar huevitos de Pascua y luego buscarlos. Se hicieron tres grupos y quedamos segundos... Se supone que esto era típico de Alemania.