jueves, 8 de mayo de 2008

ICE a Hannover

Al día siguiente tomamos nuestro último desayuno en la Ostbahnhof (Estación Este) antes de tomar el ICE (InterCityExpress- la alta velocidad alemana) rumbo a nuestro siguiente destino: Hannover, la ciudad donde (según dicen algunos) mejor alemán se habla, la capital de Baja Sajonia (Niedersachsen).

Habíamos comprado los billetes unos días antes, aprovechando la "oferta de invierno" de la Deutsche Bahn. Para mejorar los precios, no reservamos los asientos, algo que puede salirte bien o mal.

Nosotras nos subimos en la primera parada del recorrido. Había un grupo de cuatro asientos libres que aprovechamos. Una tercera plaza fue ocupada por otra mujer. Al llegar a la última estación de Berlín, entre otros muchos, subió una pareja de ancianos. El hombre se sentó en la cuarta plaza libre, pero la mujer dirigió los ojos a mí, con gran enfado. "Esa es mi plaza. ¡Fuera! ¿Es que no tienes tu propia plaza? ¿No has reservado? ¿Es que no sabes que hay que reservar? Ahora, deja mi plaza libre." Yo le dije que esperara un poco, pues tenía que mover mi pesada maleta. Ella se puso todavía más impaciente. Todo el vagón estaba atento a la escena. La gente miraba a la anciana como si se hubiera pasado con su forma de actuar.

Cuando la señora se pudo sentar y yo estaba lejos, se puso a comentar lo ocurrido con la mujer alemana que antes estaba a mi lado. Ella aparentemente no tenía muchas ganas de contestarla.

A pesar de todo, pude encontrar un asiento libre, varias filas más adelante, y pude estar sentada hasta Hannover.

La ciudad nos recibió con ligeros restos de nieve y hielo. Su "roter Faden" (hilo rojo) nos esperaba para indicarnos el camino por esta ciudad nueva para mí.

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